Un Daruma para comenzar la página
Sorpresivamente para esta navidad 2016 he recibido una curiosa figura con una estética que con anterioridad he apreciado en algunos anime (el caso más conocido probablemente sea el del Pokémon llamado Darumaka, que no por casualidad es de tipo fuego).
Se trata de un muñeco Daruma (en japonés: 達磨), una figura votiva sin brazos ni piernas que representan a Bodhidharma (Daruma en japonés), el fundador y primer patriarca del Zen. Dice la leyenda que el maestro Daruma perdió los brazos y las piernas de estar tantos años escondido en una cueva meditando y sin utilizarlos.
Los ojos del daruma se utilizan como recordatorio y motivación a cumplir metas o grandes tareas. El dueño del muñeco pinta una pupila redonda (usualmente del ojo derecho) al establecer su meta; cuando esta se ha cumplido se procede a pintar el otro ojo. Un daruma con una sola pupila suele colocarse donde éste sea visible, a manera de constante recordatorio del trabajo que debe hacerse para lograr el objetivo.
Uno de los festivales más espectaculares de Daruma es el Dairyu-ji, la quema anual de Darumas. Celebrada en torno a 18 de enero, una gigantesca hoguera se hace en el que miles de figuras de Daruma son arrojados. Si un Daruma ha llevado a la realización de un deseo, hay una presunción general de que la buena suerte de un Daruma (en particular, el papel maché tipo okiagari) tiene una duración de tan sólo un año. Es por este motivo que el Pokémon Darumaka presentado previamente es de tipo fuego.
Dado el gran significado que tiene dentro de la cultura japonesa los Daruma que he decidido dedicarle esta primera entrada a este bonito y dedicado regalo como una forma de desear que esta página logre mantenerse vigente y sirva de difusión y/o como un aporte a la difusión académica y cultural de la cultura japonesa en Chile.