Shoichi Kudo, de Aomori al mundo
… Y luego me entraron ganas de hacer un viajecito sola y me fui a Aomori. Pasé dos noches en casa de un amigo en Hirosaki y después recorrí Shimokita y Tappi. Es muy bonito. Una vez escribí las leyendas de unos mapas de esa zona. ¿Y tú? ¿Has estado en Aomori?
Midori en Tokio Blues – Haruki Murakami
No siempre es fácil hacerse una idea correcta acerca de cómo lucían las distintas localidades japonesas a comienzos de la década del 50. De hecho, luego de ver en orden cronológico todas las películas de Yasujirō Ozu, había quedado sorprendida al ver un Japón tan “moderno” e “intacto” a pesar de que algunas de las grabaciones de Ozu fueron hechas solo un par de años después del término de la Segunda Guerra Mundial. Esto, por supuesto, fue antes de encontrar de casualidad el perfil de Instagram @shoichi_kudo_aomori.
Aomori es la capital de la prefectura del mismo nombre, ubicada en el extremo norte de la isla de Honshu, en la región de Tohoku. Algo que caracteriza esta zona es el crudo e inclemente invierno. Pero también es conocida por un festival lleno de luces llamado Nebuta Matsuri, celebrado en agosto de cada año. La prefectura de Aomori, además, es famosa por sus manzanas (la prefectura es la principal productora de este fruto). Y podría seguir enumerando un sinfín de datos sobre esta ciudad, no obstante, creo que el adagio, “una imagen vale más que mil palabras” es preciso para esta ocasión.
Shoichi Kudo Aomori
Fue a mediados de abril cuando encontré el perfil de Instagram. Hasta ese momento no sobrepasaba los 50 seguidores, cosa que me extrañó, porque la calidad de las imágenes me dejó sin palabras. Como era de esperar, corrí la voz entre mis amigos más cercanos para que comenzaran a seguir la cuenta, pero no fue hasta un mes más tarde que tuve la posibilidad de recomendarla masivamente en el programa Japonistas Podcast.
La primera cosa que me asombró de Shoichi Kudo Aomori, además de los pocos seguidores, fue poder presenciar imágenes inéditas de un Japón que no se suele ver muy a menudo ni en películas, ni en revistas, ni siquiera en libros de historia. Un Japón austero, salvaje, pero auténtico. Niños jugando en calles de tierra, mujeres cargando pesados bultos, hombres trabajando en el mar. Hay rostros sonrientes, hermosos; rostros mucho más apagados, de semblantes ensombrecidos y también los que miran fijamente a la cámara extrañados. Me cautivaron de sobremanera estas fotografías que logran retener para siempre un instante preciso de manera magistral, en un paisaje que está lejos del imaginario colectivo cuando se piensa en Japón. Sin embargo, lo anterior no significa que no exista belleza y dignidad en cada una de las capturas.
Pero la verdadera sorpresa vino después. Gracias a la recomendación en Japonistas, nos enteramos de que el sitio se había vuelto popular en grupos de aficionados y profesionales de las fotografías análogas. Y es más, mayor fue nuestro asombro al enterarnos del gran interés que ha generado estas imágenes que hasta ha acaparado las miradas de portales informativos en Aomori. Con todos estos antecedes puestos sobre la mesa, no nos quedó otra alternativa que tratar de contactar a la persona detrás de esta cuenta, y lo que descubrimos fue algo incluso más extraordinario.
La historia de Shoichi Kudo
Quien responde a nuestro mensaje es Kanako Abiko (o Kanako Kudo, nombre que utiliza en el trabajo). Kanako nos escribe en inglés y se disculpa por no poder concedernos una entrevista más extensa, sin embargo, nos cuenta varios detalles interesantes sobre Shoichi Kudo y el verdadero motivo de porqué un día decidió abrir esta cuenta de Instagram con fotografías antiguas de Aomori.
Kanako es hija de Shoichi Kudo, reportero gráfico en Tooku Nippo, uno de los periódicos más importantes de la ciudad en aquel entonces. Las fotografías que podemos ver en la cuenta datan de la década de los 50, no obstante, el motivo de las mismas es un misterio. Aunque no sabe con certeza si fueron parte de entrevistas o reportajes, sí cree que fueron tomadas durante el trayecto de su casa hasta las dependencias de Tooku Nippo, puesto que antes de comprarse un auto, Shoichi solía ir caminando hasta su lugar de trabajo.
Un detalle importante que nos cuenta Kanako es que, si bien había escuchado hablar sobre estas fotografías tomadas por su padre durante su juventud, no fue hasta dos años atrás que recién encontró los negativos en una caja de cartón en la antigua casa de sus padres. Fue entonces cuando ella comenzó a revelarlas poco a poco para mostrárselas a su madre. También nos señala que demolieron la casa de sus padres recientemente, por lo que Kanako cree que si no hubiera encontrado los negativos, todo este material nunca hubiera salido a la luz.
Por otra parte, aunque Shoichi Kudo publicó sus fotos en revistas especializadas como “Camera” de la compañía ARS por un periodo de dos a tres años (teniendo como jueces a figuras relevantes del mundo fotográfico como Ken Domon, Hiroshi Hamaya e Ihei Kimura), llegó un momento en que renunció para siempre al sueño de ser un fotógrafo de renombre. Esto ocurrió cuando lo llamaron de Tokio para participar en un simposio de fotógrafos destacados.
Pese a que muchos de los que admiramos su trabajo en la actualidad no tenemos duda de que Shoichi poseía un tremendo talento detrás del lente, él no se sentía al mismo nivel que los otros participantes. Esto principalmente porque Shoichi provenía de una familia pobre y no contaba con la educación que sí poseía el resto de los fotógrafos, los cuales tenían un bagaje cultural superior. Además, las personas de su ciudad comenzaron a no ver con buenos ojos el deseo de Shoichi de dejar su trabajo en Aomori para convertirse en un fotógrafo consagrado en la capital.
A pesar de haber rechazado una gran oportunidad en Tokio, el padre de Kanako siguió trabajando como fotógrafo para un medio de Aomori. También comenzó a fotografiar monos en el límite norte de Japón, antes de jubilarse a los 60 años.
Shoichi Kudo junto a su hija Kanako.
Shoichi Kudo falleció en el 2014, a los 84 años, y hoy su hija se cuestiona si está cumpliendo la verdadera voluntad de su padre al revelar estas fotografías. Al mismo tiempo cree que el hecho de que él nunca pudo deshacerse de estos negativos prueba que él albergó la esperanza de poder mostrar y compartir su trabajo.
No siempre se logra con éxito traspasar emociones en un par de frases cuando se usa el frío formato virtual. Más complejo es cuando el idioma parece ser una barrera difícil de superar, pero creo que Kanako consigue conmovernos genuinamente cuando nos relata los últimos días de su padre:
Le gustaba tanto el océano que no importaba si era de mañana o tarde, bajo la lluvia o la nieve, él salía a pescar. Así lo recuerdo, como alguien que amaba la pesca y que traía pescado todas las mañanas. Incluso cuando tenía más de 80 años y su salud era delicada, siempre que tenía la oportunidad, iba al mar. Aun cuando ya no podía moverse sus programas favoritos eran los de pesca. Es por ello que cuando él falleció, su ataúd pasó por lugares en donde se puede apreciar el mar y la funeraria preparó un altar de flores que simulaban el océano. También decoraron con fotografías tomadas por él.
Kanako y su conexión con Chile
Kanako, quien es directora de la productora de televisión TV MAN UNION, decidió abrir una cuenta de Instagram para publicar las fotos de su padre cuando en su trabajo comenzaron a cancelar las grabaciones debido a la contingencia sanitaria derivada del coronavirus. También nos confiesa que ha estado en Chile en dos oportunidades. Visitó el Mercado Central en Santiago y el desierto florido de Atacama, y agrega, “Chile y Japón están muy distantes, pero hay cosas muy similares en las dos culturas. Siento que cuando se habla desde el corazón, ambos países logran comunicarse”.
Si uno hace el simple ejercicio de buscar las fotos de Ken Domon, Hiroshi Hamaya o Ihei Kimura por internet, y luego observa las imágenes en @shoichi_kudo_aomori, no cabe duda de que Shoichi Kudo poseía un talento innato para la fotografía. Ante esto, no puedo dejar de hacer realismo-ficción y pensar qué hubiera sido de él si hubiera aceptado trabajar en Tokio. Quizá algún premio para homenajear a los fotógrafos destacados llevaría su nombre. Quizá sería tan reconocido como Hiroshi Hamaya que con su serie de fotos llamada Village in the Snow dio vuelta al mundo.
Aunque lamentablemente jamás podamos saber con seguridad qué hubiera sido de la vida de Shoichi si hubiera tomado una opción de vida diferente, sí creo que el destino siempre quiso que su tremenda capacidad para retratar Japón desprovisto de todo artificio saliera a la luz. Tal como lo señala su hija, cuando los verdaderos sentimientos hablan, no importan los obstáculos que puedan aparecer en el camino. Shoichi Kudo, en vida y en muerte, en blanco y negro, aún tiene mucho que entregar.
¿Y tú? ¿Has estado en Aomori?
Información extra:
Ken Domon (25 de octubre de 1909 - 15 septiembre de 1990). Uno de los fotógrafos más importantes de Japón del siglo XX. Es reconocido como el maestro del realismo de post-guerra.
Hiroshi Hamaya (28 de marzo de 1915 - 6 de marzo de 1999). Conocido como uno de los fotógrafos documentalistas de renombre en Japón. Una de sus obras más aclamadas es la serie fotográfica Village in the Snow (Pueblo en la nieve).
Ihei Kimura (12 de diciembre de 1901 - 31 de mayo de 1974). Fotógrafo que destacó por sus reportajes sobre la ciudad de Tokio y la prefectura de Akita. En la actualidad, un premio anual que reconoce el talento de fotógrafos jóvenes lleva su nombre.
Para más información sobre Shoichi Kudo (en japonés):
Agradecimientos especiales a @nihongomatsuri por la traducción del japonés al español.
Fotografía de la portada de la revista Camera: link