La otra orilla, de Javiera Vega
«Vengo para conduciros a la otra orilla, donde reinan eternas tinieblas, en medio del calor y del frío», es el epígrafe que Javiera Vega escogió para su primer libro sobre cultura japonesa. La cita de bienvenida no es al azar, por supuesto. Es Dante Alighieri y su Divina comedia quien exclama frente a nuestras almas perversas; la otra orilla es la orilla maldita, lugar en el que esperan a todo aquel que no teme a Dios. La otra orilla es el infierno, un lugar que se nos enseña desde niños que es allí en donde iremos a parar si nos portamos mal. Sin embargo, en la noción japonesa la otra orilla puede ser un lugar conocido o cercano; puede estar a la vuelta de la esquina o, incluso, en una pantalla de tv.
Javiera Vega, profesora de Lenguaje y Comunicación de profesión, es una tenaz investigadora y admiradora de la cultura japonesa con especial énfasis en el género del terror y que con su libro La otra orilla nos trae en un poco más de 130 páginas una introducción al mundo del terror japonés, visto desde el género cinematográfico, el manga y el animé, explorando con detalle y agilidad el folklore y la cultura pop, pasando por los yurei, Godzilla, Ringu y Perfect Blue, por solo nombrar algunos ejemplos.
Japón sobrenatural
Para bien y para mal, Japón suele estar en constante cercanía con el más allá, entendiendo este concepto como un mundo sobrenatural donde criaturas, almas en pena, fantasmas o seres y sucesos inexplicables tienen cabida en el día a día. Famosos y hasta queridos son los yokai, criaturas mitológicas poco agraciadas, pero que protagonizan series animadas para niños o son mascotas promotoras de ciudades, tal como el famoso kappa, uno de los yokai más conocidos tanto dentro como fuera de Japón, pero que guarda un terrible y macabro origen. Y sin ir tan atrás en el tiempo, poco después del desastre del terremoto y tsunami en 2011 que afectó el norte de Japón, se ha registrado un número importante de personas que han visto y ayudado a almas en pena que perdieron la vida a causa de esta tragedia natural e incluso hay otras que hasta declaran haber sido poseídas por uno de estos seres errantes. Estas historias de fantasmas han sido estudiadas y recopiladas por psicólogos y también por monjes budistas durante estos 10 años, lo que demuestra que cuando se trata de historias paranormales Japón las enfrenta con o sin miedo, pero no las esquiva ni las transforma en objeto de burla. Y La otra orilla parte de esta premisa, Japón gracias a sus particularidades geográficas, culturales y espirituales, considera que lo puro y lo impuro coexisten inevitablemente.
¿Qué nos espera en La otra orilla?
La otra orilla nos presenta ocho capítulos dedicados al terror japonés. Cada uno de ellos van acompañados con imágenes de escenas icónicas del cine, manga o animé. Aunque la temática resulte incómoda o aterradora para muchos, también es cierto que el J-horror tiene seguidores acérrimos. Javiera Vega es capaz de captar la atención de ambos, tanto de aquellos que no se atreven a incursionar en el terror japonés como de aquellos fans fervientes de las historias terroríficas. No es exagerado decir que Javiera Vega se mueve con bastante destreza entre los recovecos oscuros y siniestros de la mentalidad nipona.
Por otra parte, hay un permanente contraste entre la visión del terror occidental versus la mirada japonesa, siendo quizá el caso más polémico el de Kon Satoshi-Darren Aronofsky. Lo anterior no quiere decir que se posicione una visión mejor que la otra, sino más bien, es un recurso para hacernos ver en qué medida tanto occidente, en especial el cine estadounidense, se ha servido del cine japonés y viceversa.
Como es esperable en alguien que ha recolectado una buena cantidad de títulos, La otra orilla es una recomendación tras otra; en el universo de Javiera conviven las más diversas obras y personalidades populares. Es así como Onibaba y Battle Royale comparten espacio con Miike Takashi, Ito Junji y Murakami Ryu. Sin embargo, no conforme con eso, también alienta nuestra curiosidad con la leyenda urbana Go for a Punch (Saki Sanobashi) y nos presenta una historia como The Terror: Infamy, una miniserie de 2019 cuyo elenco fue principalmente asiático, algo poco visto en la televisión estadounidense hasta ese momento, y que recrea los campos de reubicación estadounidenses en los que fueron asignados japoneses y descendientes de estos durante la Segunda Guerra Mundial. El propio George Takei, el legendario actor que encarnó a Sulu en Star Trek, y que participó en The Terror: Infamy como actor y como asesor del guión, vivió la infamia de ser declarado enemigo de una nación y enviado a un campo de reubicación —o concentración— en Arkansas y California cuando recién cumplía los 5 años de edad, lo que nos recuerda que el terror puede ser absurdo, pero con consecuencias desastrosas.
A veces, los verdaderos demonios son los que tienen un rostro y un corazón humano.
Viaje al centro de la orilla: terror personal
El miedo es una de las emociones más primitivas del ser humano y básicamente es nuestro aliado en la supervivencia. Sin embargo, cuando sobrepasamos esta emoción en el día a día, el miedo se nos vuelve en contra en una envoltura poco elegante llamada ansiedad. A diferencia de Javiera, yo sigo evitando las películas de terror y horror sean de donde sean. No obstante, al estar en constante contacto con la cultura japonesa es inevitable encontrar, independiente de la expresión artística, diversas representaciones culturales sobre el terror. Y es que en Japón, por sus características particulares, el horror, el miedo y lo sobrenatural es inherente a su origen y a su historia en la humanidad.
Ser diferente en Japón ha sido por años una causal de discriminación, rechazo o miedo. En una sociedad que piensa y se fortalece en comunidad, alguien con rasgos distintos o un pensamiento atrevido es visto como una amenaza. El J-horror se ha valido de esto para crear muchas historias y veo en ello la gran ventaja de este género. Es muy probable que muchos de los realizadores y mentes creativas detrás de los títulos nombrados en el libro no hayan calzado en algún momento de su vida con el estereotipo de ser japonés. Sin entrar en detalles, el padre del legendario director de cine Miike Takashi nació y creció en Corea del Sur, lo que ya lo sitúa en una condición compleja entendiendo la manera en que históricamente han sido tratados los inmigrantes y descendientes de esta etnia en Japón. Y tal como lo ha contado en entrevistas, Miike nunca logró compenetrarse del todo con su entorno y eso se nota en su filmografía que derrocha sangre, violencia y muchas agujas.
Mi generación creció rodeada de películas de terror en donde el peligro estaba afuera. O era un muñeco que cobraba vida o un hombre desfigurado que nos perseguía en las pesadillas o una posesión demoníaca que te sorprendía a mitad de la noche. Pero mientras vas avanzando en la vida te vas dando cuenta de que el verdadero miedo y el más terrorífico de todos es ese que vive dentro de nuestra mente. Ejemplos de ese tipo de terror los encontramos en abundancia en el J-horror y La otra orilla cumple con entregarnos una guía ordenada que nos permitirá —sólo si nos atrevemos— a introducirnos en la oscuridad que alberga un alma japonesa atormentada.
Ficha técnica:
Título: La otra orilla
Autora: Javiera Vega
Editorial: Ediciones Zero
Año: 2021
Páginas: 138
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